Marta Harnecker
Hace ya algo más de cien años, el 16 de agosto de 1867, a las 2 de la madrugada, Marx anuncia a Engels que acaba de terminar la corrección de la última página de su libro: el primer libro de El Capital.
"He terminado este volumen. Sólo á ti debo el haber podido hacerlo. Sin la dedicación que me has prestado, no me habría sido posible realizar los trabajos requeridos por estos tres volúmenes. Te abrazo con el corazón lleno de gratitud... Saludos mi querido, mi muy querido amigo".
A través de esta obra el proletariado internacional pudo conocer las razones de su miseria y los medios para acabar con ella de manera revolucionaria. Los prodigiosos descubrimientos de Marx y Engels iban a permitir que las masas obreras dieran una orientación correcta a sus luchas. El sistema capitalista había sido puesto al desnudo, se analizaban las condiciones de su nacimiento, de su desarrollo y de su supresión. Se señalaba así cuáles eran las condiciones objetivas de la revolución. La época de las utopías había terminado.
Pero después de 100 años de su aparición ¿sigue teniendo El Capital la validez que tuvo en su época, sobre todo cuando estos años han sido testigos de una modificación tan grande del Capitalismo? ¿Acaso la teoría marxista no pertenece ya a las reliquias del pasado?
La respuesta a esta pregunta pone en tela de juicio a los intelectuales, a los teóricos marxistas ¿no serán ellos sacerdotes de una religión superada?
Y, lo que es más grave y de mucho mayor trascendencia, pone además en tela de juicio todo el problema del movimiento comunista internacional y su repercusión en la línea política de los partidos comunistas de los distintos países.
Si la teoría marxista conserva su validez, es decir, si ella es capaz de dar cuenta de las nuevas realidades en sus raíces más profundas, haciendo con ello posible su transformación, reducir al silencio algunos de sus principios es caer en el oportunismo político, descartar algunos de ellos para reemplazarlos por otros "más actuales" es caer en el revisionismo. Oportunismo, revisionismo: plagas del movimiento popular, que lo debilitan reduciéndolo a consignas reformistas que, aunque reflejan sus intereses inmediatos, conscientes, no hacen sino someterlo a la estrategia de las clases dominantes, haciéndole olvidar que su verdadera liberación está en la destrucción del sistema, origen de todos sus males.
La importancia de esta cuestión exige una respuesta rigurosa. Para ello es necesario preparar el terreno tratando algunas cuestiones previas:
1°) Marx habla continuamente en El Capital de "MODO DE PRODUCCIÓN" (capitalista, feudal, etc...) ¿qué significación tiene este concepto introducido por Marx en el estudio de las sociedades? ¿Se reduce sólo a la producción de bienes materiales?
2°) ¿Cuál es el objeto del Capital?, ¿es un objeto económico (la economía capitalista) o un objeto histórico (el estudio de la Inglaterra capitalista del siglo XIX)?
3°) ¿La teoría marxista se reduce a El Capitán ¿Hay alguna diferencia entre una teoría científica y una ciencia empírica?
4°) ¿Cuál es el estado actual de la teoría marxista?
1) EL CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN
Empezaremos tratando de aclarar el concepto de MODO DE PRODUCCIÓN.
No se debe confundir la expresión "MODO DE PRODUCCIÓN de bienes materiales" con el concepto MODO DE PRODUCCIÓN. La primera expresión es empleada por Marx y Engels para describir una forma de producción de bienes materiales: es una expresión descriptiva. El segundo es un concepto teórico que incluye además del nivel de la producción de bienes materiales (nivel económico), los otros niveles de la realidad social: jurídico-político e ideológico.
Marx y Engels no han definido nunca el concepto de MODO DE PRODUCCIÓN que tan a menudo emplean. La mayoría de los autores marxistas utilizan esta expresión sin definirla, y los que la definen limitan su significación al solo nivel económico. Nosotros estimamos, sin embargo, siguiendo a Louis Althusser, que la reducción de este concepto al solo nivel económico limita el sentido implícito que Marx le da en El Capital, su obra más acabada
[1].
El concepto de MODO DE PRODUCCIÓN es el concepto que nos permite pensar y conocer una totalidad social. Hay una gran diferencia entre describir una cosa —mostrar sus características visibles— y conocer una cosa. Cuando un enfermo expone al médico lo que él siente, no hace sino describir los síntomas de su enfermedad. El médico es capaz de diagnosticar, a partir de estos síntomas, una enfermedad determinada; por ejemplo: apendicitis. Resume en una palabra la larga descripción de síntomas hecha por el enfermo. Esta palabra implica un conocimiento de la enfermedad. Para llegar a diagnosticar una enfermedad determinada es necesario captar la unidad que permite comprender los diferentes síntomas. De la misma manera, para llegar a definir un objeto es necesario ser capaz de descubrir la unidad o la forma de organización de los elementos que sirven en un primer momento para describirla.
Se puede describir una sociedad; decir, por, ejemplo, que en toda sociedad existen industrias, campos cultivados, correos, escuelas, ejército, policía, leyes, corrientes ideológicas, etc. Pero la organización de estos elementos en diferentes estructuras (estructura económica, jurídico-política, ideológica) y la determinación del papel que cada una de estas estructuras juega en la sociedad, nos permite pasar de la descripción al conocimiento de una realidad social, establecer las leyes de su desarrollo y, por lo tanto, la posibilidad de guiarlo conscientemente.
En la época de Marx todo el mundo veía, describía los síntomas de la "enfermedad capitalista": la pobreza de las masas, la riqueza de pequeños grupos, la explotación de la mujer y de los niños, etc. Algunos se rebelaban, otros buscaban explicar esta situación recurriendo a las leyes divinas: "Siempre habrá pobres entre vosotros...". Pero Marx y Engels supieron pasar de la descripción al conocimiento de las causas y de las leyes del desarrollo capitalista, conocimiento que permitió, más tarde, a los partidos marxistas hacer la revolución y establecer regímenes sociales nuevos.
Después de lo dicho anteriormente se puede comprender mejor la afirmación que habíamos hecho: el concepto de MODO DE PRODUCCIÓN es el concepto teórico que permite pensar la totalidad social.
Todo MODO DE PRODUCCIÓN está constituido por:
1°) UNA ESTRUCTURA GLOBAL formada por tres estructuras regionales:
—Estructura económica.
—Estructura jurídico-política (leyes, Estado, etc.).
—Estructura ideológica (ideas, costumbres).
2°) En esta estructura global, una de las estructuras regionales domina siempre a las otras.
Es importante señalar aquí que no es el nivel o estructura económica la que juega siempre el papel dominante, como lo pretenden, a menudo, los vulgarizadores del marxismo. Marx nos lo dice claramente en una nota en el primer libro de El Capital
[2] Marx dice en esa nota que si lo económico domina en El Capitalismo, no se puede negar que en la Edad Media dominaba el catolicismo (es decir una estructura ideológica) y en Atenas y Roma, la política. Pero, dice "son las condiciones económicas de entonces las que explican... por qué en un caso el catolicismo y en el otro la política jugaban el papel principal (o dominante)".
3°) En esta estructura global, la estructura económica es siempre la determinante en última instancia.
Como lo indica el texto que acabamos de citar, son las condiciones económicas las que determinan cuál de las estructuras regionales jugará el papel dominante.
La distinción entre papel dominante y papel determinante en última instancia es una distinción fundamental, a la que Althusser ha dado todo su peso. En Marx y Engels es difícil encontrar formulaciones explícitas sobre ella, debido a que su objeto de estudio es el modo de producción capitalista donde ambas determinaciones coinciden; el nivel económico juega en este modo de producción, no sólo el papel de determinación en última instancia, sino también el papel dominante.
Precisemos más lo que entendemos por estructura dominante. Consideramos dominante a aquella estructura que juega el papel fundamental en la reproducción del modo de producción determinado. En el caso del modo de producción servil, por ejemplo, la reproducción de las relaciones de explotación sólo se logra mediante la participación de factores superestructurales, ("extraeconómicos"). En este caso, será, por lo tanto, la estructura ideológica o la estructura jurídico-política la que dominará dependiendo del peso relativo que cada una de ellas tenga en la reproducción de las relaciones de producción. Esto nos hace pensar que no pueden existir leyes económicas de reproducción de este modo de producción.
En el modo de producción capitalista, por el contrario, es la estructura económica la que determina y fija las leyes de reproducción del sistema, desempeñando los factores superestructurales sólo un papel secundario.
4º) Por último, lo que caracteriza a todo MODO DE PRODUCCIÓN es su dinámica, es decir, la continua REPRODUCCIÓN de sus condiciones de existencia. El modo de producción capitalista, por ejemplo, al mismo tiempo que produce bienes materiales en una forma muy determinada, que implica la división de los hombres de esa totalidad social en capitalistas y obreros, y que da origen a toda una ideología que favorece este tipo de producción y a una forma de poder que la defiende y la estimula, va continuamente reproduciendo sus condiciones de producción. Al mismo tiempo que produce bienes materiales reproduce las relaciones de producción capitalistas. Al mismo tiempo que produce bienes materiales en mayor cantidad, reproduce en forma más extensa la división de los hombres en capitalistas y obreros.
Para finalizar debemos insistir en que el núcleo estructurador del modo de producción son las relaciones de producción. Son estas relaciones las que explican el tipo característico de articulación de las distintas estructuras regionales en cada modo de producción, son ellas las que determinan cual de ellas ocupará el papel dominante. recordemos que Marx dice explícitamente que es "la relación directa existente entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos" la que nos revela "el secreto más recóndito, la base oculta de toda la construcción social"
[3], (El Capital, III, p. 733).
2) EL CONCEPTO DE FORMACIÓN SOCIAL.
Antes de responder a la pregunta ¿cuál es el objeto de El Capital? debemos detenernos un momento en el concepto de formación social.
El concepto de MODO DE PRODUCCIÓN se refiere a un objeto abstracto, a una totalidad social pura, "ideal", en la que la producción de bienes materiales se efectúa en forma homogénea. Pero en la mayor parte de las sociedades históricamente determinadas la producción de bienes materiales no se efectúa de una manera homogénea. En una misma sociedad se puede encontrar diferentes tipos de relaciones de producción.
La Rusia analizada por Lenin en su artículo sobre "El impuesto en especies" (que corresponde, más o menos, al período que va desde 1917 hasta 1929) es un ejemplo de la combinación de diferentes sistemas económicos. Veamos la enumeración que hace Lenin:
1. economía campesina patriarcal, es decir, natural en una gran medida;
2. pequeña producción mercantil (esta categoría comprende a la mayor parte de los campesinos que venden trigo);
3. capitalismo privado;
4. capitalismo de Estado;
5. socialismo.
Rusia es tan grande y tan variada que todas estas diversas formas económicas y sociales se mezclan en ella. En esto consiste la originalidad de la situación.
Otro ejemplo es la Francia analizada por Marx en El 18 Brumario. En ella se encuentra una combinación de diferentes modos de producción de bienes materiales: feudal, patriarcal, pequeño-mercantil y capitalista.
Ahora bien, estas diversas relaciones de producción que coexisten en una sociedad históricamente determinada no lo hacen en forma anárquica ni aisladas unas de otras, una de ellas ocupa una situación dominante, imponiendo a las demás sus propias leyes de funcionamiento.
En la Introducción a la crítica de la economía política, Marx dice lo siguiente:
En todas las formas de sociedad, es una producción determinada y las relaciones engendradas por ella las que asignan a todas las otras producciones y a la relaciones engendradas por ellas su rango y su importancia
[4].
Si estudiamos, por ejemplo, los diversos países de América Latina, encontramos que existen diversas relaciones de producción que van desde las relaciones capitalistas más desarrolladas hasta aquellas que caracterizan a una economía casi autárquica en ciertas regiones dominando en la mayor parte de ellos, si no en todos, las relaciones de producción capitalista. Estas someten a sus leyes de desarrollo a las otras relaciones que le están subordinadas.
Por lo tanto, en la mayor parte de las sociedades históricamente determinadas nos encontramos con la existencia de varias relaciones de producción, siendo siempre una de ellas dominante, es decir, aquella cuyas leyes de funcionamiento y desarrollo tienen una influencia decisiva sobre las demás. Pero en esta diversidad existe siempre una relación de producción que es dominante y cuyas leyes de funcionamiento tienen una influencia decisiva sobre las demás.
De lo expuesto anteriormente se deduce que la dominación de un tipo determinado de relaciones de producción, no hace desaparecer en forma automática todas las otras relaciones de producción, éstas pueden seguir existiendo, aunque modificadas y subordinadas a las relaciones de producción dominantes.
Podemos afirmar, por ejemplo, que desde la época de la conquista los países de América Latina han estado sometidos al sistema capitalista mundial en un comienzo bajo la forma de capitalismo comercial y luego a través de relaciones de producción propiamente capitalistas (en la mayor parte de ellos); pero afirmar que este sistema capitalista mundial domina no significa negar que existían y que todavía existen, en forma muy difundida, relaciones precapitalistas de producción: relaciones de producción que se acercan a las de la comunidad primitiva en algunos lugares aislados, relaciones semiserviles en muchas zonas campesinas y una difusión bastante grande de la pequeña producción artesanal
[5].
Ahora bien, las relaciones de producción dominantes no sólo imponen sus leyes de funcionamiento a las otras relaciones de producción que le están subordinadas sino que también determinan el carácter general de la superestructura de dicha sociedad.
La complejidad de la estructura económica y el carácter dominante de una de las relaciones de producción que coexisten en ella explica el carácter complejo de las estructuras ideológicas y jurídico-políticas de toda sociedad históricamente determinada.
Para designar esta realidad social históricamente determinada empleamos el concepto de FORMACIÓN SOCIAL. Este concepto se refiere, como hemos visto, a una realidad concreta, compleja, impura, como toda realidad, a diferencia del concepto de MODO DE PRODUCCIÓN que se refiere a un objeto abstracto, puro, "ideal".
Llamaremos FORMACIÓN SOCIAL a una totalidad social concreta históricamente determinada.
Esta totalidad social concreta, históricamente determinada, puede corresponder a un país determinado o a una serie de países que tienen características más o menos similares y una historia común. Se puede hablar así de la formación social chilena, mexicana, etc. como también de la formación social latinoamericana.
Ahora bien, como toda totalidad social, esta totalidad social concreta, históricamente determinada, está compuesta de una estructura económica, una estructura ideológica y una estructura jurídico-política; pero a este nivel ellas tienen un carácter mucho más complejo. Por lo tanto, en toda formación social, salvo muy escasas excepciones, encontramos:
1. Una estructura económica compleja, en la que coexisten diversas relaciones de producción. Una de estas relaciones ocupa un lugar dominante, imponiendo sus leyes de funcionamiento a las otras relaciones subordinadas;
2. Una estructura ideológica compleja formada por diversas tendencias ideológicas. La tendencia ideológica dominante, que subordina y deforma a las demás tendencias corresponde generalmente a la tendencia ideológica de la clase dominante, es decir, a la tendencia ideológica propia al polo explotador de la relación de producción dominante.
3. Una estructura jurídico-política compleja, que cumplía la función de dominación de la clase dominante.
La formación social es, por lo tanto, una estructura compleja, compuesta por estructuras regionales complejas articuladas a partir de la estructura de relaciones de producción. Es necesario estudiar cada estructura regional en su autonomía relativa de las demás y de acuerdo a sus características propias.
El concepto de modo de producción se refiere a una totalidad social abstracta (capitalista, servil, esclavista, etc.). El concepto de formación social se refiere a una totalidad social concreta. Esta no es una combinación de totalidades sociales abstractas, o ideales, es una realidad concreta, históricamente determinada, estructurada a partir de la forma en que se combinan las diferentes relaciones de producción que coexisten a nivel de la estructura económica.
Por lo tanto, al estudiar una formación social, al estudiar un país determinado, debemos empezar siempre por diagnosticar qué tipo de relaciones de producción existen, cómo se combinan, cuál es la relación de producción dominante, cómo ejerce su influencia sobre las relaciones de producción subordinadas.
Sabemos que la tesis fundamental del materialismo histórico consiste en explicar el conjunto de los procesos históricos que se producen en una sociedad a partir de su infraestructura económica y, por lo tanto, a partir de una estructura económica compleja en la que se combinan diferentes relaciones de producción. Esta tesis no implica, sin embargo, que el marxismo niegue la importancia de los otros niveles de la sociedad. La estructura económica determina, en última instancia, el desarrollo social, pero no produce nada automáticamente. Los niveles ideológicos y público-políticos tienen una autonomía relativa, dentro de los márgenes que le permite la estructura económica, es decir, sus propias leyes de desarrollo. Su desarrollo puede estar adelantado o retrasado con respecto a la estructura económica.
El estudio de una formación social es fundamentalmente un estudio empírico. Es necesario tener datos concretos, estadísticos o de otro tipo, los que deben ser sometidos a un estudio crítico. Nunca se puede deducir de la infraestructura económica las otras estructuras de la sociedad. Lo económico sólo sirve de hilo conductor, de guía en la investigación detallada y específica de las estructuras ideológicas y jurídico-políticas.
Por último, a nivel de la formación social, la totalidad social históricamente determinada toma la forma de "individualidad concreta" que conserva una cierta identidad a través de sus transformaciones. Un país o un grupo de países se distingue de otro país o grupo de países por sus características individuales y por su historia. En esta historia se pueden distinguir distintas fases de desarrollo; lo que determina el paso de una fase a otra es un cambio en la forma en que se combinan las diversas relaciones de producción que coexisten en ellas. Las relaciones de producción que ocupan el lugar dominante en la estructura económica determinan el carácter de la fase y, además le dan un nombre. Cuando se habla, por ejemplo, de países capitalistas o países semi-feudales, se está pensando en las relaciones de producción dominantes en la formación social, pero ello no excluye la existencia de otras relaciones de producción que ocupan un lugar subordinada. Si se empleara un lenguaje riguroso, debiera decirse: formación social a dominante capitalista y formación social a dominante semifeudal.
3) ¿CUÁL ES EL OBJETO DE EL CAPITAL?
Con estos dos conceptos: MODO DE PRODUCCIÓN y FORMACIÓN SOCIAL podemos, responder a la pregunta acerca del objeto del Capital. Ahora podemos formularla de manera más precisa en la siguiente forma: El objeto del Capital ¿es el estudio del modo de producción capitalista (objeto abstracto) en su conjunto, o sólo el estudio de la estructura económica de este modo de producción, o es un estudio de una formación social, es decir, de una realidad social históricamente determinada: la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX?
Veamos lo que dice Lenin al respecto en ¿Quiénes son los amigos del pueblo?:
"...El Capital —cuyo único objeto es estudiar precisamente la sociedad capitalista— implica un análisis materialista de esta sociedad y de sus supraestructuras".
"...Si otros rasgos del régimen económico de la Edad Media han sido dejados de lado es porque pertenecen al modo de producción feudal "mientras que Marx estudia" el modo de producción capitalista..." el proceso de desarrollo del capitalismo ha comenzado efectivamente (por ejemplo, en Inglaterra) mediante un régimen de pequeños productores de mercancías diseminados, y por su propiedad individual, fruto de su trabajo".
En estos textos Lenin señala en forma precisa los límites del estudio de Marx: el régimen, sistema u organización social capitalista, es decir, un objeto abstracto, puro.
Veamos ahora lo que Marx mismo dice acerca del modo de producción capitalista y de Inglaterra: "En esta obra estudio el modo de producción capitalista, y las relaciones de producción e intercambio que le corresponden. Como Inglaterra es el lugar clásico de esta producción saco de este país los hechos y los ejemplos principales que sirven de ilustración al desarrollo de mis tesis"
[6].
Marx estudia, por lo tanto, en El Capital un objeto abstracto: el MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA. La Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX figura en esta obra sólo como un ejemplo que sirve para ilustrar las afirmaciones teóricas de Marx, debido a que es el país en el que El Capitalismo está más avanzado.
Pero ¿podemos decir que El Capital estudia todo el modo de producción capitalista?
En realidad, El Capital, tal como lo conocemos, es una obra inconclusa, representa el estudio científico del "nivel económico" del modo de producción capitalista, y a ello se debe que se le considere generalmente como un obra de tipo económico. Marx pretendía analizar también el derecho, el Estado y la ideología del modo de producción capitalista, como lo deja ver en el plan de trabajo que presenta en la Introducción a la Crítica de la Economía Política, pero no alcanzó a
hacerlo. Sin embargo, es necesario señalar que esta teoría del "nivel económico" del modo de producción capitalista supone necesariamente, si no la teoría desarrollada, al menos ciertos elementos teóricos que se refieren a las otras instancias de este modo de producción: ideológica y jurídico-política. Por lo tanto, El Capital no se limita sólo a la economía. Sobrepasa ampliamente la economía, conforme a la concepción marxista de la realidad económica, que sólo puede ser comprendida como un nivel, una parte, una estructura regional inscrita orgánicamente en la totalidad de un modo de producción. A ello se debe que, a pesar de que el análisis de Marx permanece fundamentalmente a nivel de la economía capitalista, se puedan encontrar en su obra elementos teóricos importantes para poder elaborar la teoría de los otros niveles de este modo de producción, elementos que hasta este momento no han sido elaborados.
Por último, es necesario señalar que El Capital se limita a estudiar en forma científica y acabada el nivel económico del modo de producción capitalista, en su fase competitiva, que se caracteriza fundamentalmente por la libre competencia de los capitalistas individuales. A pesar de que Marx descubre la tendencia a la concentración de los capitales y a la formación de los monopolios, no puede realizar un análisis científico de esta etapa del desarrollo capitalista, debido a que, como todo pensador, está limitado en sus elaboraciones por la problemática de su época. ¿Tienen razón, entonces, aquellos que consideran el marxismo como una reliquia del pasado?
4) EL MATERIALISMO HISTÓRICO: UNA TEORÍA CIENTÍFICA.
En las páginas anteriores hemos visto que la obra más acabada de Marx: El Capital tiene por objeto de estudio el modo de producción capitalista, es decir, un objeto abstracto que no se encuentra nunca en estado puro en la realidad. Hemos visto también los límites de este estudio: nos da un conocimiento científico del nivel económico del modo de producción capitalista en su fase premonopolista. Marx no pudo realizar su proyecto inicial: el estudio de todos los niveles del modo de producción capitalista.
Pero, ¿Que es lo que guía a Marx en el estudio científico del modo de producción capitalista? ¿Cuál es su "hilo conductor"?
Su "hilo conductor" es la teoría materialista de la historia enunciada por él de manera muy esquemática en su Prefacio a la Crítica de la economía política.
Detengámonos un momento a analizar el significado de esta palabra teoría tan empleada en el lenguaje científico.
De la misma manera que en el proceso de producción material se pretende transformar una materia prima determinada (por ejemplo: el cobre) en un producto determinado (por ejemplo: cañerías, cables eléctricos, etc.) mediante la utilización por parte de los trabajadores de medios de producción especializados (máquinas, instrumentos, etc.); en el proceso de producción de conocimientos se pretende transformar una materia prima determinada (una percepción superficial, deformada de la realidad) en un producto determinado (un conocimiento científico, riguroso de ella). Esta transformación la realizan los trabajadores intelectuales utilizando instrumentos de trabajo intelectual determinados; fundamentalmente la teoría y el método científicos. Se llama teoría al cuerpo de conceptos más o menos sistemático de una ciencia (por ejemplo: teoría de la gravedad, teoría de la relatividad, teoría freudiana del inconsciente, etc.). Se llama método a la forma en que son utilizados estos conceptos.
Toda teoría científica, por lo tanto, tiene el carácter de instrumento de conocimiento, ella no nos da un conocimiento de una realidad concreta, pero nos da los medios o instrumentos de trabajo intelectual que nos permitan llegar a conocerla en forma rigurosa, científica. La teoría de la gravedad, por ejemplo, no nos da un conocimiento inmediato de la velocidad con que cae una piedra desde una altura determinada, pero nos da los medios para poder realizar este cálculo concreto.
Cuando se habla, entonces, de teoría marxista de la historia (o materialismo histórico) se está hablando de un cuerpo de conceptos abstractos que sirven a los trabajadores intelectuales como instrumentos para analizar, en forma científica, las diferentes formaciones sociales.
Este cuerpo de conceptos del materialismo histórico es el siguiente: fuerzas productivas, relaciones sociales de producción, infraestructura, superestructura, estructura ideológica, estructura jurídico-política, modo de producción, formación social, determinación en última instancia por la economía, autonomía relativa de los otros niveles, clases sociales y lucha de clases relacionadas a las relaciones sociales de producción, transición y revolución, etc.
Aunque este cuerpo de conceptos nunca fue desarrollado en forma sistemática por Marx, fue, sin embargo, utilizado por él en el estudio del modo de producción capitalista permitiéndole pasar de una simple descripción del sistema a una comprensión profunda de sus leyes, de su dinámica y de sus perspectivas futuras.
Existe una gran desigualdad en la elaboración posterior que han sufrido estos conceptos. Los conceptos pertenecientes a la infraestructura, por ejemplo, han sido mucho más elaborados que los pertenecientes a la superestructura. Esto no se debe a un azar, sino al hecho de que estos son los conceptos que han sido utilizados a menudo por Marx en el análisis de la estructura económica del modo de producción capitalista. Estudiando cómo Marx los emplea en El Capital, los teóricos marxistas han podido elaborarlos de una manera más profunda, aunque todavía muy insuficiente en muchos aspectos. Los otros conceptos, por el contrario, permanecen en estado de "conceptos prácticos" (más que dar conocimientos indican las líneas generales que deben guiar la investigación). El concepto de superestructura, por ejemplo, permanece aún bastante imperfecto. Partiendo de los elementos teóricos no-desarrollados que se encuentran en El Capital y en las obras políticas de Marx y Engels, los investigadores marxistas deben producir los conceptos generales de los niveles jurídico-político e ideológico.
Ahora bien, los conceptos generales del materialismo histórico empleados en El Capital son diferentes de los conceptos específicos que constituyen la teoría del nivel económico del modo de producción capitalista desarrollada en esta obra. Estos conceptos específicos: trabajo abstracto y trabajo concreto relacionados a valor de cambio y valor de uso, plusvalía, capital constante y variable, etc., son conceptos que sólo sirven para estudiar específicamente el nivel económico del modo de producción capitalista; el estudio del nivel económico del modo de producción servil o del modo de producción socialista, requiere otros conceptos específicos
[7].
5) TEORÍA GENERAL Y TEORÍAS REGIONALES.
Podemos concluir entonces que para realizar un estudio del modo de producción capitalista, se necesita una teoría más general, un cuerpo de conceptos más abstractos. Estos conceptos generales son los instrumentos de trabajo que permitirán la producción del conocimiento del modo de producción capitalista.
Debemos, por lo tanto, distinguir en el materialismo histórico:
1) una TEORÍA GENERAL: el cuerpo de conceptos generales empleado en el estudio diferencial de cada modo de producción.
2) TEORÍAS REGIONALES: de los diferentes modos de producción (esclavista, servil, capitalista, etc.) y de la transición de un modo de producción a otro.
Si queremos, por ejemplo, situar precisamente la teoría marxista de la dictadura del proletariado, debemos señalar que ella no pertenece a la teoría general del materialismo histórico, sino a una teoría regional: la teoría del paso del modo de producción capitalista al modo de producción socialista, y más precisamente a la subregión de la instancia jurídico-política de esta etapa de transición.
Con estos elementos podemos volver a nuestra pregunta central: el marxismo ¿es una reliquia del pasado?
Si el objeto del marxismo fuera, una sociedad histórica determinada, la Inglaterra o, si se quiere, la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, la respuesta sería evidentemente afirmativa. Pero, Marx no estudia en El Capital un objeto concreto, una formación social dada, sino un objeto abstracto: el modo de producción capitalista, que no se encuentra nunca, en la realidad, en estado puro, sino siempre combinado con otros modos de producción de bienes materiales en las formaciones sociales concretas. Más aún, en países como los nuestros de A. L. en que amplios sectores de la economía no corresponden al desarrollo capitalista estudiado por Marx, su teoría sigue siendo válida como instrumento de trabajo para estudiar el sector capitalista, que a pesar de ser, en muchos casos, cuantitativamente menos desarrollado, es cualitativamente dominante, es decir, es un sistema que impone sus leyes de funcionamiento a los demás sistemas más atrasado. Si se quiere estudiar, por ejemplo, la estructura agraria en Chile, no se la puede aislar de la dominación efectuada por el sistema capitalista imperante, sistema que está íntimamente relacionado o, mejor dicho, que es la consecuencia directa del sistema capitalista imperialista mundial.
Por otra parte, al no reducirse el marxismo a la teoría regional del modo de producción capitalista, no puede hablarse de reliquia del pasado, más bien cabría hablar de insuficiencia de desarrollo.
En lugar de reliquia del pasado, podría hablarse de una teoría con grandes perspectivas pero que, como todo gran descubrimiento, y sobre todo cuando se trata de un descubrimiento, y sobre todo cuando se trata de un descubrimiento que pone en peligro la existencia de las clases dominante, sufrió una gran represión histórica. Basta para ello analizar el lugar que se le ha dado en los programas de estudio de las Universidades europeas, por ejemplo.
Además de esta represión histórica realizada por las clases dominantes, es necesario reconocer que durante muchos años los mismos países socialistas frenaron la investigación por razones conocidas por todos.
Nos queda, por último, preguntarnos: ¿qué relación existe entre esta teoría científica de la historia y las revoluciones sociales? ¿Acaso no hay tantos teólogos en el infierno como marxistas instalados en el sistema burgués?
6) TEORÍA MARXISTA Y ACCIÓN REVOLUCIONARIA.
Hemos visto en las páginas anteriores que el materialismo histórico, como toda teoría no nos da un conocimiento de un objeto concreto, una sociedad históricamente determinada, pero nos da los medios (instrumentos de trabajo intelectual) más eficaces para conocer este objeto concreto. Por lo tanto, si el materialismo histórico no es utilizado en el análisis de realidades concretas, puede ser considerado como una teoría amputada, que no cumple su objetivo como una flecha que se hace girar entre los dedos sin lanzarla jamás. Esta imagen es de Mao Tse-tung, quien la utiliza para explicar la relación que debe existir entre la teoría marxista y la acción revolucionaria. Veamos lo que dice:
"La relación recíproca que existe entre el marxismo-leninismo y la revolución china, es semejante a la acción recíproca que existe entre la flecha y el fin. Ahora bien, algunos de nuestros camaradas "lanzan la flecha sin tener un objetivo", tiran al azar. Tales camaradas pueden perjudicar fácilmente la causa de la revolución. Existen otros camaradas que se contentan con tener la flecha, hacerla girar entre los dedos, alabarla sin descanso. ¡Mirad esta flecha! ¡Qué magnífica flecha!, pero no quieren de ninguna manera lanzarla. Estos camaradas son aficionados a las curiosidades de museo, y en el fondo no se preocupan en absoluto, de la revolución. Nosotros debemos lanzar la flecha del marxismo-leninismo, teniendo por objetivo la revolución china. Si no aclaramos esto, el nivel teórico de nuestro partido no se elevará nunca y la revolución china no podrá triunfar jamás
[8].
Por lo tanto, el marxismo —teoría revolucionaria— sólo es consecuente con sus propios fines si se pone al servicio de los movimientos revolucionarios, los que todavía preparan y los que ya han realizado revoluciones victoriosas.
Pero estos movimientos revolucionarios no pueden "aplicar" simplemente, de una manera mecánica, la teoría marxista, es necesario que la "apliquen" en forma creadora, y para ello es preciso que estudien la historia de sus países, las características y la evolución de su propia formación social.
Un ejemplo de la utilización del materialismo histórico como instrumento de trabajo que permite analizar una formación social determinada, la Rusia de fines del siglo 19, es el extraordinario libro de Lenin: El desarrollo del capitalismo en Rusia. No se debe al azar que Lenin haya terminado de escribir este libro en enero de 1899, y que sólo a fines de ese mismo año haya formulado el primer proyecto de programa del Partido Social Demócrata (nacido el año anterior).
Conocer una formación social o un país determinado, es conocer aquello que lo caracteriza esencialmente, conocer su estructura económica compleja, conocer cuál es el modo de producción de bienes materiales dominante, conocer cómo sus leyes de desarrollo influyen sobre los modos de producción de bienes materiales subordinados y, por lo tanto, conocer la etapa del desarrollo en que se encuentra; conocer la estructura del poder y las formas ideológicas dominantes y aquellas que potencialmente pueden desarrollarse, etc.
Pero para realizar una acción revolucionaria justa, no basta aplicar la teoría marxista al conocimiento de una formación social determinada en su etapa actual de desarrollo. Es necesario avanzar aún más en el análisis y determinar lo que Lenin llama "el momento actual" o la "coyuntura social y política", la que es definida fundamentalmente por la "correlación de las fuerzas presentes", internas y externas. Esto es muy importante, ya que toda formación social es una realidad en movimiento, movimiento que no depende sólo de sus propias leyes internas de desarrollo, sino de su inserción en la coyuntura mundial.
El gran aporte de Mao Tse-tung al estudio de la coyuntura, es haber mostrado que la coyuntura puede analizarse en forma científica considerándola como un sistema de contradicciones en el que las contradicciones secundarias se encuentran determinadas e influidas por la contradicción principal
[9].
El análisis correcto de este sistema de contradicciones permite fijar el criterio para efectuar la alianza de la clase obrera con las demás fuerzas revolucionarias en cada etapa de la revolución.
Por lo tanto, el conocimiento adecuado de la coyuntura es una condición fundamental para conducir una acción revolucionaria justa.
Resumiendo lo que acabamos de decir, podemos distinguir dos niveles en la aplicación creadora del materialismo histórico:
1. El nivel del análisis de las formaciones sociales, es decir, de sociedades históricamente determinadas, en una cierta etapa de su desarrollo.
2. El nivel del análisis de la coyuntura, es decir, del "momento actual" de una formación social, definido por la "correlación de fuerzas presentes".
El conocimiento de estos objetos concretos no se puede deducir de la teoría marxista; para obtenerlo es necesario un estudio empírico, concreto: hacer encuestas, utilizar críticamente el máximo de datos que se refieran a esa realidad (estadísticos u otros). No bastan las "citas célebres", se necesita una aplicación creadora de la teoría marxista.
Lenin critica duramente a los políticos que se aferran a las citas de los libros sin hacer un esfuerzo por enfrentarse en forma creadora a la realidad:
"Ellos son como aquellos eruditos cuyo cráneo es un cajón lleno de citas que pueden extraer, pero que en el momento en que se presenta una nueva combinación, no descrita en los libros, se sienten perdidos y toman de su cajón justamente aquella que no les sirve"
[10]Mao Tse-tung no es menos duro. Dice: "Nuestros camaradas deben comprender que quien no ha hecho encuestas no tiene derecho a hablar"
[11].
Pero si el conocimiento correcto de nuestro país y de la coyuntura política que estamos viviendo es una condición fundamental para realizar una acción revolucionaria justas, este conocimiento, por sí solo, no la produce; para que ello ocurra es necesario que exista la mediación de una organización revolucionaria ligada a las masas, ya que son las masas y no los hombres, las que hacen la historia. No podemos, en este momento, detenernos en este punto, pero queremos al menos señalar su alta significación política: para llevar a cabo una verdadera acción revolucionaria, para hacer avanzar las fuerzas revolucionarias, no basta un análisis justo de la realidad ni un programa de acción justo; es necesario que exista un movimiento político organizado en tal forma, que permita educar y movilizar a las masas en la lucha revolucionaria.
Ser marxista no es, por lo tanto, equivalente a ser revolucionario.
"No porque un señor se apellide Águila, necesariamente debe tener alas y plumas..." (Fidel). Pero todo verdadero revolucionario de nuestra época, es o llega a ser marxista. Aquí la historia tiene la palabra.
NOTAS* Primera parte de El Capital: conceptos fundamentales (1971). Definición de los conceptos de modo de producción, formación social, y breve desarrollo del materialismo histórico como teoría científica; plan de lectura, esquemas y bibliografía que ayudan a una lectura de El capital de Marx. Se agrega como anexo un texto muy claro sobre los conceptos fundamentales del capital del Manual de economía Política de Lapidus y Ostrovitianov, URSS. 1929. Publicado en: México, Siglo XXI Editores, 1a ed., 1971 (16 ed. hasta 2001).
[1]Ver, por ejemplo, el texto de El Capital, Libro III, p. 735, donde se refiere explícitamente a los factores jurídicos supraestructurales como elementos indispensables a todo modo de producción.
[2]El Capital, Libro I, p. 46 (Nota).
[3]Pensamos, por lo tanto, que no es correcto afirmar, como lo hace Poulantzas en su libro: Clases sociales y poder político en el Estado capitalista, Siglo XXI, México, 1969, que la matriz del modo de producción es el tipo de articulación de sus distintos niveles. Si, como el mismo Poulantzas lo señala (p. 22), son las relaciones de producción (propiedad, apropiación real) las que determinan el tipo de articulación de los niveles del modo de producción, este tipo de articulación no es sino un efecto de aquello que constituye realmente la matriz de este modo: las relaciones de producción. Pensamos que esta concepción de Poulantzas constituye el punto nodal estratégico de acerca del concepto de clases sociales.
[4] Einleitungzur Kritik der politischen Ökonomie, p. 637.
[5] A nuestro parecer, el grave error de Gunder Frank, en sus primeros libros y artículos acerca de América Latina, es creer que para afirmar la dominación del sistema capitalista mundial es necesario negar la existencia de cualquier tipo de relación precapitalista. Se confunde la dominación del capitalismo en las relaciones de intercambio con la dominación a nivel e las relaciones de producción. Este error impide analizar en forma correcta las clases sociales en América Latina.
[6]El Capital, Libro I. Prefacio a la 1a ed. alemana, p. XIV.
[7]Marx distingue claramente estas dos categorías de conceptos cuando habla en la Introducción a la Crítica de la Economía Política del "plan que hay que adoptar para el estudio de la sociedad burguesa".
[8] Mao Tse-tung: "Para un estilo correcto de trabajo en nuestro partido".
[9] Por ejemplo: en la sociedad capitalista, las dos fuerzas opuestas, el proletariado y la burguesía, constituyen la contradicción principal Las otras contradicciones, como por ejemplo las que existen entre la clase feudal remanente y la burguesía, la pequeña burguesía campesina, la burguesía liberal y la burguesía monopolista, la democracia burguesa y el fascismo burgués, así como entre los mismos países capitalistas, entre el imperialismo y las colonias, etc.; están determinadas e influidas por esta contradicción principal". Mao Tse-tung: "Sobre la contradicción".
[10] Lenin: " Discurso al primer Congreso de enseñanza extraescolar". Obras completas, T. 29 marzo-agosto, 1919.
[11] Mao Tse-tung: "Reformemos nuestro estudio". La cita completa es la siguiente: "Plantear como tarea, delante del partido, es estudio sistemático y completo de la realidad que nos rodea. Someter a encuestas (investigaciones) y a un estudio minucioso, según la teoría y el método marxista-leninista, las actividades de nuestros enemigos, las de nuestros amigos y las nuestras, en el terreno económico, financiero, político, militar, cultural y en el de la vida de los partidos político; luego sacar las conclusiones lógicas y necesarias. Con este fin dirigir la atención de los camaradas a las encuestas y a los estudios concernientes a los hechos reales. Hacerles comprender que la tarea fundamental de los órganos dirigentes del P.C. consiste en dos cosas importantes: conocer la situación tal cual existe y saber aplicar bien la política. Ello significa respectivamente, conocer el mundo y transformarlo. Nuestros camaradas deben comprender que quien no ha hecho encuestas no tiene derecho a hablar".