domingo, 20 de marzo de 2011

Centenario de la Comuna de París *

Cuando los proletarios de París desconocieron al gobierno burgués republicano y mantuvieron sus armas y el control de la ciudad –18 de marzo de 1871 –echaron a perder una bella historia, “de cómo cayo el Segundo Imperio francés y se afianzo el Imperio Alemán”, para inaugurar en su lugar un tipo de acontecimiento inadmisible para el orden y la literatura burgueses: la revolución proletaria. Aplastada después de setenta días de combates, la división del trabajo de la burguesía internacional repartió los papeles: unos ejercieron la represión implacable sobre millares de personas, otros calumniaron a los comuneros en nombre de la libertad y la bondad humana y cubrieron la historia de la Comuna con la historia del gobierno execrable de la chusma.

Marx y Engels que por entonces dedicaban sus esfuerzos a la asociación internacional de trabajadores, no estimaban conveniente la insurgencia obrera en una Francia vencida por el ejercito prusiano, que se mantenía frente a parís; sería, pensaban asumir la ruina del Imperio sin posibilidad de resistir a los prusianos, y terminar marcados como “traidores a la patria”. Pero ante el hecho de la revolución proletaria no vacilaron en ponerse firme y activamente de su parte, y llegaron a obtener, por la pupila revolucionaria con que analizaron la experiencia de la Comuna, el enriquecimiento de su teoría de la revolución y la dictadura proletaria.

En este sentido tienen gran importancia en el conjunto de la literatura del marxismo las cartas de Marx de aquellos días, sobretodo las enviadas a Kugelman, y el manifiesto que escribió para la Internacional, publicado bajo el titulo de La guerra civil en Francia. “La clase obrera simplemente no puede tomar posesión de la maquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines”, porque todas las formas de Estado, del Imperio a la democracia republicana, son formas del Estado burgués. Y la revolución proletaria que crece del poder, ha constituido sus órganos –su dictadura del proletariado– de tal modo que sean instrumentos para llevar adelante transformaciones profundas y continuadas de la vida social que liquidaran la dominación de clase y la razón de ser de todo Estado.

Marx examina las medidas y los propósitos de la Comuna, y encuentra en ellos los signos de una sociedad nueva. La sustitución del ejercito permanente por el pueblo armado, los funcionarios responsables y revocables, con salarios de obreros, el internacionalismo, la representación verdadera de los intereses de las clases desposeídas de la nación, la eliminación de poderes burguesa, la educación laica y gratuita, fueron los pasos en la larga lucha por las transformaciones de las circunstancias y los hombres, emprendida por la primera dictadura proletaria.

La Comuna hizo Ministro de Trabajo a un obrero alemán y derribo la columna conmemorativa de los triunfos napoleónicos sobre otras naciones; la burguesía francesa prefirió la derrota nacional al peligro proletario, y obtuvo la complicidad de los invasores alemanes contra el Paris obrero. “La dominación de clase –escribirá Marx– ya no se puede disfrazar bajo el uniforme nacional; todos los gobiernos nacionales son uno solo contra el proletariado”.

Federico Engels –que intento participar personalmente en la lucha de Paris desde los días del sitio alemán– reafirmo 20 años después la posición marxista ante el poder del Estado, cuando ya la tesis de la dictadura del proletariado llegaba a “sumir el santo horror al filisteo socialdemócrata” ; y defendió la significación de la Comuna para los revolucionarios proletarios.

Ajeno al dogmatismo, Marx no pretendió llamar al orden doctamente a los sucesos. Reconoció admirado la flexibilidad y la iniciativa histórica de los comuneros, comprendió la importancia extraordinaria de la Comuna para el desarrollo de la lucha de clases , y situó nítidamente sus ideas sobre la significación de la acción revolucionaria al considerar a la Comuna “la proeza mas heroica de nuestro Partido desde la época de la insurrección de junio”. Y es que el Partido de Marx es el de la revolución proletaria. Por eso sus señalamientos críticos se refieren por errores por defecto: no pasar a la ofensiva inmediata, no conservar un mando fuerte y centralizado, no tomar posesión de la Banca.

Esta actitud marxista preside las apreciaciones de Lenin sobre la Comuna de París. En él —como todo lo que emprende– el examen del primer gobierno proletario se vuelve armas para la revolución. En diferentes momentos de su vida tocara el tema de la Comuna y de los escritos de Marx y de Engels acerca de ella. La mas conocida y notable es la formulación de el Estado y la revolución, obra en que organiza y expone la posición revolucionaria ante el problema del poder y la dictadura del proletariado frente al reformismo socialdemocrático; a la vez que propone los lineamientos del futuro mientras prepara la toma del poder.

Lenin rescata al marxismo de la postración socialdemócrata, y la posición revolucionaria de Marx ante la Comuna es una de sus banderas. “Pero, cuando las masas se subleven, Marx quiere marchar con ellos, aprender al lado de las masas, en la misma marcha de la lucha, y no dedicarse a darles consejos burocráticos” —escribe en 1907 contra un “sabio” que reprocha a los insurrectos de diciembre de 1905 haber tomado las armas. Y en su obra mayor, la Revolución de Octubre, conduce a la victoria la causa de los comuneros y las ideas de Marx y Engels.

Al siglo de la Comuna, revolucionarios a través de todo el mundo se reconocen en la canción del comunero, que proclama: “el genero humano / será la internacional”. Y junto a la primera insurrección proletaria queda la admonición de Marx a los críticos de entonces: “seria muy cómodo hacer la historia universal si la lucha se pudiese emprender sólo en condiciones infaliblemente favorables “, recogida y seguida por los conductores revolucionarios de este siglo. Y recordamos al Che, inmerso ya en su ultimo combate, aunando la iniciativa heroica y la reflexión marxista: “podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello, de lograr la libertad sin combatir”.





* Al conmemorarse 140 años de la Comuna de París, reproducimos la nota introductoria a la sección dedicada al Centenario de la Comuna de París,de la revista cubana Pensamiento Critico (número 4950, de febrero - marzo de 1971). La sección abarca desde la página 272 hasta la página 299 y contiene, ademas de la nota que reproducimos, textos de Marx, Engels y Lenin.