Patricia Mercado
BBC, Ciudad de México
La oposición en México rechazó una
propuesta para debatir durante 50 días
seguidos la reforma energética y anunció
que mantendrá la toma del Congreso.
De esta manera, la actividad legislativa, que se encuentra paralizada desde el jueves pasado, sigue suspendida.
El Frente Amplio Progresista (FAP), que une a los principales partidos de izquierda de México no aceptó la propuesta de algunos partidos de debatir durante 50 días ininterrumpidos la propuesta de reforma energética.
La oposición desea un debate nacional que dure varios meses.
Privatización
Sin embargo, se acordó levantar el ayuno que 46 legisladores comenzaron la noche del domingo, poco después de un acto convocado por el ex candidato presidencial y líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador.
Según el dirigente del PRD, la reforma busca la privatización de la estatal Petróleos Mexicanos, PEMEX.
El plan gubernamental propone la asistencia de empresas extranjeras para buscar nuevas reservas de petróleo en el Golfo de México.
Además de permitir contratar empresas especializadas en la construcción y operación de refinerías, el gobierno propone la creación de bonos ciudadanos exclusivos para los mexicanos.
Como respuesta a la toma y el ayuno, el lunes los grupos parlamentarios del PAN, PRI y PVEM en el Senado, firmaron un acuerdo para organizar foros de debate sobre la reforma energética.
De inmediato, los legisladores del FAP se reunieron con López Obrador y decidieron no participar.
"Debate simulado"
Un grupo de congresistas opositores se declaró en huelga de hambre o "ayuno"." No nos vamos a prestar a un debate simulado, legitimador y que obligue a nuestra organización a extender un cheque en blanco", dijo Dante Delgado, coordinador del partido Convergencia.
"Vamos a continuar insistiendo en la necesidad de un amplio diálogo nacional en los términos en los que lo hemos planteado; solicitamos que el tiempo del receso legislativo sea utilizado para este amplio debate.
Este martes los legisladores del PRD, PT y Convergencia, decidirán si se retiran o no de las tribunas del Congreso.
Entrevistada por BBC Mundo, la diputada Aleida Alavez Ruiz del PRD, aseguró que el Congreso representa a los ciudadanos y es un reflejo de la democracia.
"Sin embargo, no tenemos la facultad de modificar un concepto de la Constitución, que es que los energéticos son estratégicos, es soberanía nacional, es seguridad nacional.
Para Alavez Ruiz, decir que las iniciativas que envió el presidente Felipe Calderón no cambian la Constitución "es una trampa para modificar por una vía secundaria".
Cuestionamientos
¿Tomar las tribunas del Congreso es respetar la Constitución?, se le cuestionó.
"Bueno, evitar el afán de que somos minoría y ellos son mayoría para que aprueben algo que contravenga el interés nacional", dijo.
Para el diputado del PRI, Jesús Ramírez Stabros, es muy lamentable para el país y para la izquierda mexicana que el único recurso argumentativo que tengan sea tomar las tribunas.
"Esto es intolerancia, que no hay posibilidad de diálogo, y parece ser que no hay argumentos suficientes más que tomar las tribunas", expresó a BBC Mundo.
Legisladores opositores al PRD, al PT y Convergencia (FAP) les exigieron desde temprano que liberaran las tribunas del Congreso, debido a que hay iniciativas, acuerdos y permisos urgentes que aprobar.
Uno de los temas que más preocupa a los diputados es aprobar las leyes secundarias de la reforma electoral que se aprobó el año pasado, pues sin ella no se podrán realizar las elecciones intermedias en el 2009, donde se renovarán parte de los actuales legisladores.
Además, en el Senado, el jueves se tiene una sesión especial en la que se planea recibir a la presidente de la India.
Si la toma no se suspende, se intentará realizar una sesión legislativa en un edificio aledaño al salón de plenos del Congreso.
Más barricadas
Las cámaras de diputados y de senadores se han convertido en los dormitorios de los legisladores del FAP, quienes desde el jueves por la mañana tomaron la tribuna para impedir la discusión de la reforma energética.
Los salones de sesiones están prácticamente vacíos, sólo poco más de 10 legisladores en cada recinto ocupan la tribuna como zona de descanso, para leer, para bailar, para cantar.
A quienes están en el plantón se les preparan alimentos, y en el Senado, hasta un salón se ocupa para descansar y beber vino, whisky o tequila.
Los diputados movieron todas las sillas de las curules del grupo del PAN para hacer barricadas e impedir el paso a cualquiera que no sea del grupo.