sábado, 7 de agosto de 2010

¿Quién demoniza a Eritrea y por qué?

Estados Unidos trata de marginar a Eritrea. Por ello ha hecho que se aprueben unas sanciones injustas contra este país


Mohamed Hassan


El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha votado a favor de imponer sanciones a Eritrea. Esta decisión descansa en una campaña de mentiras que acusa al país de apoyar militarmente a los rebeldes somalíes. En realidad, el objetivo de las sanciones es reforzar los intereses estratégicos de algunas superpotencias en el Cuerno de África. Mientras que Eritrea paga injustamente el precio de su independencia en el mundo se prevén manifestaciones de apoyo.

Treinta y cuatro minutos es el tiempo que necesitó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para decidir la suerte de Eritrea. En efecto, el Consejo votó la resolución 1907/2009 que impone sanciones a este pequeño país del Cuerno de África. Pero esta decisión descansa en unas informaciones inventadas y en una campaña de mentiras dirigida principalmente por Estados Unidos, Gran Bretaña y Uganda. Sólo China se abstuvo y Libia votó en contra.

A Eritrea se le reprocha proporcionar armas y munición a grupos armados en Somalia, y mantener relaciones conflictivas con sus vecinos de Etiopía y Djibuti. Es evidente que los miembros del Consejo que votaron a favor de la aplicación de sanciones no conocen ni la historia de Eritrea ni la situación de Somalia. Sin embargo, el gobierno de Asmara no ha dejado de repetir a Naciones Unidas que no proporciona armas a los grupos somalíes. No sólo no posee los medios de hacer sino que además propuso unas pistas de solución para resolver la crisis somalí: abrir a todos los actores del país el diálogo para la reconciliación, sin injerencia de, por ejemplo, potencias extranjeras.

Naciones Unidas no tuvo en cuenta estas propuestas y acusa a Eritrea. Sin embargo, este país no es quien ha creado el problema somalí, tampoco quien lo ha invadido ni quien ha violado el embargo de armas impuesto en 1992. Entonces, ¿quiénes son los verdaderos responsables (1)? Quienes dirigen hoy el barco del Consejo de Seguridad.

En efecto, el Cuerno de África es una región estratégica para Washington, que trata de instalar ahí una base militar. ¿Con que objetivo? Controlar Oriente Medio y el acceso africano al océano Índico. Se ha ganado a Etiopía y a Djibouti para la causa de Estados Unidos. En Somalia no hay gobierno desde hace veinte años y el país está sumido en el caos. Cuando el movimiento de los Tribunales Islámicos consiguió devolver la paz al país en 2006, el ejercito etíope apoyado por Washington invadió Mogadiscio. Desde entonces la situación no ha dejado de deteriorarse. Queda Eritrea, que resiste a las políticas imperialistas llevando una política independiente.

Precisamente por eso se la ataca hoy. El gobierno de Asmara ha hecho cuanto ha podido con los pocos medios que tiene para proteger a su pueblo de los saqueos y continuos abusos de las potencias coloniales. La economía del país se basa esencialmente en una agricultura en pleno desarrollo, el gobierno apuesta mucho por elevar el nivel educativo y la red de infraestructuras está relativamente desarrollada. El país dispone además de importantes recursos en oro, cobre, gas y petróleo todavía sin explotar. Estas materias primas atraen el apetito de las potencias neo-coloniales. Pero Eritrea elabora su propio modelo de desarrollo y desea disponer de sus riquezas a su manera.

También en el plano diplomático Asmara desea devolver la paz al Cuerno de África invitando a todos los actores de la zona a dialogar sin interferencia de las potencias extranjeras. Evidentemente, esta visión de la política no coincide con los intereses estadounidenses. En efecto, Washington teme perder totalmente el control del Cuerno de África. En primer lugar, porque no logra imponer el gobierno que desea en Somalia. A continuación, porque el actual régimen etíope, fiel a Estados Unidos, cada vez es más cuestionado dentro de sus fronteras y podría perder las próximas elecciones. Por último, porque el modelo eritreo, que se basa en una política independiente de las potencias extranjeras, podría tener imitadores en la zona.

Por consiguiente, Estados Unidos trata de marginar a Eritrea. Por ello ha hecho que se aprueben unas sanciones injustas contra este país. Pero los miembros del Consejo de Seguridad deben evaluar todos los hechos y las pruebas presentadas para encontrar una solución pacífica a los problemas del Cuerno de África. Se han previsto manifestaciones en Europa, Estados Unidos y Australia para pedir al Consejo de Seguridad que revise su decisión (2). Los países de África necesitan paz, no traficantes de armas, invasiones o sanciones.

Notas

1. Véase el capítulo de nuestra serie “Comprender el mundo musulmán”: “Cómo mantienen a Somalia en el caos las potencias coloniales”

2. Para más información véase http://eritrean-smart.org/node/26

Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos.




Eritrea, un socialismo desconocido de África




En una entrevista Mohamed Hassan, experto en geopolítica y uno de los mejores especialistas del mundo árabe y musulmán, descubre una realidad ignorada incluso en medios alternativos.


Algunas de sus afirmaciones. 1

Eritrea está en el Cuerno de África, región de guerras, hambre, pobreza y neocolonialismo. Su gobierno ha hecho una revolución que recuerda a Cuba y también sufre el ataque de Estados Unidos y sus aliados.

Su proyecto político para la región es poner término pacífico a los múltiples conflictos entre vecinos sin interferencias foráneas y desarrollarse juntos aprovechando sus riquezas naturales.

Eritrea ha debido luchar sola contra Etiopía que, con el apoyo de Europa, Israel, la URSS, Estados Unidos, ha intentado anexarla y destruir su sistema político.

Es un país con rasgos particulares herencia del colonialismo italiano que instaló industrias, desarrolló la agricultura y permitió la formación de una clase obrera, sindicatos, periódicos, organizaciones nacionalistas.

En la década de 1970 se formó el Frente de Liberación del Pueblo Eritreo (FLPE) de inspiración marxista que en medio de la lucha contra los ocupantes etíopes inició una verdadera revolución, emancipación de la mujer, organización de consejos democráticos en las ciudades, reforma agraria, educación, con lo que logró movilizar al pueblo y vencer a fuerzas materialmente muy superiores.

En 1982 pudo derrotar pese a grandes pérdidas a una junta militar etíope apoyada por la URSS que contaba con 1000 tanques, 1500 transportes blindados, 90 aviones de caza y helicópteros de combate y unos 150 mil hombres.

En 1993 asumió el poder el FLPE que ha establecido un modelo de desarrollo de cinco pilares.

La seguridad alimentaria, fundamentada en la agricultura pluvial y la economía de plantaciones, la reforma agraria que entregó a cada agricultor su propio terreno, un sistema mecanizado y estaciones de tractores del estado para los campesinos, que tienen tiempo de aprender a leer y medios para formarse en otros oficios.

El acceso al agua potable, que evita enfermedades y muertes endémicas en África.

La sanidad, gratuita, con una red competente de clínicas diseminadas por todo el país y conectadas a hospitales.

La educación, una prioridad del estado que quiere desarrollar sus recursos humanos para tener personal competente propio con que explotar sus materias primas.

Los expatriados, el último pilar, son los eritreos que envían dinero a sus familiares desde el extranjero y de paso pagan un porcentaje al gobierno, lo que constituye una fuente considerable de ingresos.

La política del FLPE se ha hecho fuerte respetando la igualdad para las etnias y confesiones, lo opuesto a lo común en África, donde etnias y religiones se matan entre sí. En el país hay cristianos y musulmanes y al menos nueve etnias diferentes La conducta de los dirigentes eritreos ha sido animar a cada etnia a valorar sus tradiciones y a compartirlas.

El presidente Isaias Afwerki, cuyo tren de vida es modesto, gobierna sin elecciones desde 1993. No hay oposición política y existe un solo partido. La democracia de múltiples partidos en el continente no funciona, crea divisiones y permite que las potencias neocoloniales cada cuatro o cinco años hagan triunfar a sus candidatos financiándolos.
La democracia de partidos donde el poder lo tienen los ricos, que no son elegidos, es un modelo y el sistema de partido único es otro modelo, según sus especificidades cada país debe resolver cuál le conviene.

“Eritrea es una democracia popular en la que las personas tienen acceso a la sanidad, no arriesgan la vida al beber un vaso de agua, tienen trabajo, comida, electricidad… Prefiero vivir en un país así antes que en una llamada democracia como Congo o Etiopía. Y si a pesar de todo se considera a Eritrea una dictadura, prefiero vivir sobre una dictadura así…”, dice Hassan.

En lo religioso Eritrea reconoce a la Iglesia ortodoxa, católica, evangélica luterana y el Islam. Para practicar otra religión, como protección de las que sirven intereses políticos extranjeros, se debe presentar un expediente donde se declare su forma de financiamiento externo. Es el caso principalmente de la religión protestante y de la corriente pentecostalista, relacionada con la extrema derecha estadounidense, que promueve el éxito material exacerbando el individualismo. Sus misioneros disponen de mucho dinero para convertir pobres, en cierto modo comprándolos.

Eritrea prohibió los medios privados de información porque en África se necesita un capital muy grande para crear uno y es imposible competir con los occidentales que por lo tanto son hegemónicos. Se ha encarcelado periodistas por estar al servicio de las potencias imperialistas y manipular la opinión pública para desestabilizar al gobierno. Como en Cuba y Venezuela el pago lo hacen servicios secretos extranjeros.

Los sistemas políticos en La Habana y Asmara son muy parecidos. También Isaias Afwerki y Fidel Castro. Ambos han luchado por liberar a sus países antes de presidirlos, lanzaron la revolución social a favor del pueblo y tanto Eritrea como Cuba son bastiones contra el imperialismo, lo que les acarrea las iras de Estados Unidos.

El Cuerno de África es una región estratégica para Washington, que trata de instalar ahí una base militar para controlar Oriente Medio y el acceso africano al océano Índico. El imperio ya se ha ganado a Etiopía y Djibouti. Su objetivo ahora es Eritrea y consiguió que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la condenara acusándola falsamente de armar grupos rebeldes somalíes.

África nunca se ha liberado del colonialismo. Occidente, por medio de la Organización Mundial de Comercio, impone unas reglas que permiten a sus multinacionales saquear las riquezas africanas.

La voluntad de Eritrea es liberarse de las potencias extranjeras. La economía del país se basa esencialmente en una agricultura en pleno desarrollo, la red de infraestructuras está relativamente desarrollada, se dispone de importantes recursos en oro, cobre, gas y petróleo todavía sin explotar. Desea disponer de esas riquezas a su manera. Elabora un modelo de desarrollo propio que está disponible para inspirar a otros gobiernos de una África que posee enormes riquezas.

No necesitamos a Occidente para desarrollarnos, es el lema eritreo.


1 Ver Entrevista a Mohamed Hassan “Todo lo que usted no debería saber sobre Eritrea (3/3)”,
Grégoire Lalieu & Michel Collon, Michelcollon.info http://www.rebelion.org/noticia.php?id=109759