jueves, 24 de mayo de 2007

Boletin número 1

EDITORIAL



El gobierno aprista en coalición con otros grupos de derecha (UN, el fujimorismo, etc.) transita por la ya conocida ruta de reprimir las protestas populares, mientras ciego continua con su programa neoliberal, entreguista y funcional al imperialismo y a las transnacionales.

La actitud asumida por el gobierno central en los recientes acontecimientos, como la protesta cocalera que devino en paro regional en Huanuco, el paro regional en Loreto, la huelga campesina en Piura, las medidas de lucha adoptadas por el pueblo minero a nivel nacional, etc.; así como ante la pasada movilización estudiantil del 4 de abril (que culmino con 15 estudiantes detenidos), evidencia una vez más el carácter antidemocrático y fascistoide del actual gobierno. Este, insatisfecho con el uso indiscriminado de la fuerza represiva al momento de acallar las manifestaciones populares, recurre a la amenaza de criminalizarlas mediante la tan propagandizada “delegación de facultades”, creyendo que con ello podrá amedrentar al pueblo que lucha en las calles por sus justas reivindicaciones.

Junto a la represión sobre el pueblo corren la corrupción, la arbitrariedad y el pillaje, resquebrajando aun más el aparato gubernamental, lo que acentúa la confrontación entre aquellos que se aferran en continuar con este modelo neoliberal, que condena al pueblo a la miseria y la expoliación, y quienes izamos las banderas del cambio que urge nuestra patria. En esta cuestión creemos necesario deslindar con todo tipo de ilusiones o desviaciones reformistas, toda vez que proponemos un cambio que no se agota en meras reformas sino que se entrelaza con el proceso de transformación revolucionaria del país.

El Partido Comunista del Perú (patria roja) reafirma su compromiso, de seguir luchando junto al pueblo, de manera unificada y organizada para cerrarle el paso a este gobierno continuista y represor, sin olvidar nunca la necesidad de avanzar de las luchas económicas, reivindicativas y coyunturales a la movilización revolucionaria de las masas con miras a derribar la dominación gran burguesa pro imperialista, ya que mientras esta persista, la plena democracia y la soberanía nacional serán simples letras en el papel.

La firme y consecuente posición asumida por el pueblo trabajador es digna de ser tomada como ejemplo por los estudiantes que persistimos en la lucha contra la continuidad del modelo neoliberal (en lo académico, político, ideológico, cultural y administrativo), que la gestión del rector Izquierdo viene expresando. Lucha que exige el concurso de los amplios sectores democráticos y progresistas con los que los comunistas nos identificamos, desterrando viejas taras sectarias a la vez que rechazamos todo tipo de alianzas sin principios que sirven no a los intereses del movimiento estudiantil sino a intereses de grupo.

Llamamos a los estudiantes a luchar unidos contra el continuismo neoliberal y en defensa de San Marcos pública, gratuita y de calidad, y así unidos, luchar junto a los obreros, campesinos, y demás sectores del pueblo peruano por una Republica democrática, patriótica y no alineada con miras a un Gobierno Popular Revolucionario.









¿QUÉ ES Y QUE PROPONE PATRIA ROJA?




El Partido Comunista del Perú (patria roja), fundado el 7 de octubre de 1928 por José Carlos Mariátegui, es el destacamento organizado y de vanguardia del proletariado peruano, representa sus intereses de clase, organiza y dirige su lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad, a la vez que defendemos los intereses de todo el pueblo oprimido y explotado del país.

Asumimos el marxismo-leninismo, teoría científica elaborada por Marx, Engels y Lenin, como la base teórica que guía nuestro pensamiento y acción, así también asumimos el pensamiento de Mao Tse-tung y el pensamiento de nuestro fundador el amauta José Carlos Mariátegui. Manteniéndonos firmes en los principios marxista-leninistas, ajenos a toda distorsión revisionista, nos esforzamos por aplicar creado-ramente la teoría revolucionaria del proletariado a la realidad concreta del país, superando viejas taras dogmáticas que encubren la incapacidad de pensar con cabeza propia.

Nuestra lucha revolucionaria toma como referente la unidad más amplia del pueblo peruano y se basa en la alianza de la clase obrera con las masas campesinas, en donde al proletariado por ser la clase que dirige esta lucha le corresponde un papel hegemónico, con respecto a las formas de lucha estas se dan y se combinan de acuerdo a las circunstancias y a los objetivos revolucionarios.

La revolución socialista, fruto de la victoria de la lucha revolucionaria del proletariado y del pueblo, establecerá el sistema de propiedad social de los medios de producción, acabando con toda forma de explotación del hombre por el hombre; regulara la producción en virtud de las necesidades de la población y de la relación armoniosa del ser humano con el medio ambiente (contrario a su sistemática destrucción que se viene dando hoy en día). En la sociedad socialista se superara la contradicción de intereses entre la ciudad y el campo, la contradicción de genero (la lucha revolucionaria abarca y se entrelaza con la lucha emancipatoria de la mujer), y la contradicción entre el trabajo intelectual y el manual.
Como marxista-leninistas nuestro programa futuro o máximo es la sociedad comunista, la vida en comunidad en la que “el libre desenvolvimiento de uno será la condición para el libre desenvolvimiento de todos”, que asegurara la plena satisfacción de las necesidades del hombre.

Estando vigentes las tareas democráticas y nacionales, debido al desarrollo capitalista dependiente de nuestra sociedad y a la incapacidad histórica de la burguesía para viabilizar un proyecto nacional poniéndose a la sombra del imperialismo y del capital transnacional, asumimos la estrategia y línea de la revolución por etapas e ininterrumpida, reconociendo en el movimiento revolucionario una primera etapa, la de la revolución nacional-democrática, que se entrelaza y deviene en la revolución socialista.
En la actualidad planteamos la necesidad de abrir un Nuevo Curso para la Patria, propuesta que se sintetiza en la lucha por una nueva constitución (contraria a la del ’93) que sea la base jurídica de una nueva Republica, democrática, patriótica y no alienada, como primer paso para el establecimiento de un gobierno popular revolucionario.











Primero de Mayo



Manuel González Prada ( 1909)






Si los proletarios de América y Europa se congregaran hoy únicamente para celebrar la “fiesta del trabajo”, merecerían ser llamados ingenuos, infelices y hasta inconcientes, pues no harían más que sancionar su miseria y su esclavitud. Examinando bien los hechos, sin dejarnos alucinar por la fraseología de los sociólogos oficiales y oficiosos. ¿Que diferencia hay entre un esclavo antiguo (que era la propiedad y la cosa del amo) y el trabajador moderno que sigue siendo el autómata o la maquina del patrón? Vemos una sola diferencia: en la Antigüedad el esclavizaba al vencido, francamente, proclamando el derecho de la fuerza, sosteniendo que unos habían nacido para mandar y otros para obedecer, mientras en las sociedades modernas el letrado y el capitalista explotan al ignorante y al obrero, hipócritamente, predicando la evangélica máxima del amor al prójimo, hablando de libertad, igualdad y fraternidad.

El trabajo, tal como se halla organizado y tal como desearían conservarle los capitalistas, se reduce a la explotación de muchos por unos pocos, al sometimiento servil de la gran masa, bajo la voluntad omnipotente de algunos privilegiados, a la eternización de un verdadero régimen de castas en que los de arriba gozan de luz y bienestar mientras los de abajo vegetan en la ignorancia y las privaciones. Ese trabajo manual (tan encarecido por los traficantes y los ociosos) no siempre dignifica y engrandece. Trabajar para recoger todo el fruto de su labor o hacerlo voluntariamente para transformar el globo en una morada cómoda y saludable, concediéndose las horas necesarias al solaz, a la instrucción y al sueño, es digno del hombre, pero bregar y esquilmarse para que otros reporten los beneficios o hacerlo obligadamente para solo dulcificar la vida de los amos, negándose al descanso indispensable, comiendo mal, durmiendo poco, vistiéndose de guiñapos y no conociendo mas placeres que el trago de aguardiente y la procreación, es indigno del hombre .

No faltan hombres que merced a ese régimen degeneran al punto de transformarse en animales de tracción y de carga, con la circunstancia de tener menos descanso y menos pitanza que el asno y la mula.

Pero ¡que mula ni que asno! Hombres convertidos en algo inferior a las acémilas, en verdaderos aparatos que solo realizan actos puramente mecánicos. Han perdido todo lo humano y, primero que nada, el instinto de la rebelión. No les hablemos de reclamar sus derechos, de pedir lo suyo, de adquirir la dignidad de hombres: no entenderán nuestras palabras y se volverán contra nosotros para defender a su verdugo y a su Dios —el capitalista.

Felizmente la luz va penetrando en el cerebro de los proletarios y muchos comprenden ya que el 1º de mayo, para no ser una fiesta ridícula o pueril, debe significar algo más que la glorificación del trabajo. Se congregan hoy para recordar a los buenos luchadores que señalan el camino y para reconocerse, estrechar las filas, cambiar ideas y acelerar el advenimiento del gran día rojo y decimos rojo, pues no incurrimos en la ingenuidad o simpleza de imaginarnos que la humanidad ha de redimirse por un acuerdo amigable entre los ricos y los pobres, entre el patrón y el obrero, entre la soga del verdugo y el cuello del ahorcado. Toda inequidad se funda en la fuerza, y todo derecho ha sido reivindicado por el palo, el hierro o el plomo. Lo demás es teoría, simple teoría.


Articulo publicado en “Los Parias

Las ocho horas Lecturas escogidas Municipalidad de lima Metropolitana. Colección Munilibros










De González Prada debe decirse lo que él, en Páginas Libres, dice de Vigil. "Pocas vidas tan puras, tan llenas, tan dignas de ser imitadas. Puede atacarse la forma y el fondo de sus escritos, puede tacharse hoy sus libros de anticuados e insuficientes, puede, en fin, derribarse todo el edificio levantado por su inteligencia; pero una cosa permanecerá invulnerable y de pie, el hombre".

Mariátegui