jueves, 24 de diciembre de 2009

La otra muerte de Haya

Una entrevista a Nelson Manrique por Martín Paredes y Eduardo Toche
Revista QUEHACER



Víctor Raúl Haya de la Torre fue un personaje decisivo para entender gran parte del siglo XX peruano, pero a su muerte física en 1979 se ha sumado otra: la de su pensamiento. Sus libros no se reeditan ni se discuten. nelson manrique, sociólo- go e historiador, publicará próximamente “¡Usted fue aprista!” Bases para una historia crítica del apra, una investigación que se aparta de la historia oficial del partido y echa luces sobre la biografía política de Haya y del apra.





¿Por qué ahora un libro sobre el apra, sobre Haya?

En realidad, no ahora, debería ser siempre. Conversando con Julio Cotler, me decía que era un escándalo que no haya una biografía sobre Haya de la Torre. Existen hagiografías, ese género medieval sobre historias de santos. En general, el apra ha hecho mucho por esconder la información sobre el apra y Haya. Es una política que se inaugura con Haya. No hay una correspondencia de Haya publicada; solo Luis Alberto Sánchez publicó la suya, que se detiene dos semanas antes de la instalación de la convivencia, en julio de 1956. En adelante hay tres cartas anodinas, a pesar de que Haya virtualmente estuvo fuera del país entre 1949 y 1970. Es imprescindible la correspondencia desde el comienzo del apra hasta 1970. Pero nadie publica nada. Se escamotea información.


¿Por qué razón?
Porque hay demasiadas cosas difíciles de explicar en la biografía y en la trayec-toria de Haya y del apra. Los dirigentes apristas se amparan en una historia ofcial que ya no resiste el más mínimo análisis, y la manera de sostener eso es cerrando toda la información sobre Haya.


¿Ocultar datos como cuáles?
Si tú publicas las obras completas de un autor, tratas de poner todo. Las obras completas de Haya no contienen la correspondencia, que es fundamen-tal para la historia del apra y de Haya. Hasta ahora no han creado un instituto de investigaciones sobre Haya. El museo no funciona. No hay algo equivalente a la editorial Minerva y su enorme labor de difusión de la obra de Mariátegui. Las obras de Haya fueron editadas como para no facilitar la investigación. No ponen los años en que los textos fueron publicados, no hay ninguna reseña crítica. Si tienes en cuenta el tiempo que el apra ha estado en el poder, del 45 al 48, del 56 al 68, dos veces la presidencia entre el 85 y el 90, y entre el 2006 y el 2011, es increíble que no se haya hecho nada. No se trata de falta de recursos, sino de falta de voluntad política.





¿Por qué esa falta de voluntad? ¿Por qué no se quiere que se sepa?
Porque no hay manera de conciliar todo un conjunto de decisiones, opciones y virajes que se realizaron. Pero en lugar de abordar abierta y sinceramente la bio-grafía del personaje, que es muy grande —Haya es grande en sus virtudes y en sus defectos, y es muy importante para el país, no solo para los apristas—, en lugar de abordar ese trabajo, los apristas han optado por cerrar la información.


¿Qué les resulta difícil presentar a los apristas, la convivencia, la coalición o hay cosas más delicadas?
Haya se ha convertido en una especie de recurso a la cita. Alan García puede demostrar, remitiéndose a Haya, que es hayista cuando expropia la banca en 1987, cuando se declara antiimperialista y respalda la revolución sandinista, cuando declara que va a negociar con el imperialismo y limita el pago de la deuda, y con la misma convicción puede decir que es hayista cuando realiza la política más entreguista. Lo que están haciendo Evo Morales, Chávez y Correa es, en buena cuenta, lo que Haya proponía en El antiimperialismo y el apra, un Estado antiimperialista que acoge al capital imperialista pero le pone condiciones y negocia en defensa de la soberanía. Y tie-nes al apra en una posición extrema. Esos son los grandes enemigos, el gran aliado es Uribe, el gobierno más entreguista de América Latina. Es un poco incómodo ver qué es Haya verdaderamente y es más cómodo sacar la cita adecuada en el momento adecuado. Eso crea descontento en las propias bases juveniles apristas.



En el ochenta se decía que mientras Villanueva encarnaba un aprismo basado en El antiimperialismo y el apra, Townsend era el aprismo encarnado en Treinta años de aprismo. ¿El aprista sigue bajo esas dos perspectivas, bajo esa tensión?
En los últimos años se ha venido pur-gando a los sectores radicales del apra. Si revisas los blogs, vas a encontrar personas purgadas del apra que siguen defendien-do las posiciones de El antiimperialismo y el apra. A nivel juvenil, la cosa es más compleja. Hay sectores que están por recuperar una visión más radical, pero diría que el reclamo mayor es el de una ideología. No hay ninguna ideologia y el apra corre el riesgo de convertirse en una agencia de empleos. Para un sector del apra, es eso en estos momentos. Hay sectores que están reclamando una identidad, una ideología, una línea a la cual adscribirse y no simplemente alinearse a cada acomodo.



¿El apra es hoy un partido sin ideología?

Sí, creo que no tiene más ideología.






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