domingo, 7 de diciembre de 2008

Sistema Electoral Estadunidense



Un pueblo que vota pero no elige


Benytsa González




El sistema electoral de Estados Unidos, instituido hace 200 años, ha enfrentado muchas críticas por ser considerado complicado, arcaico y, por definición, poco democrático. Tales observaciones se acentuaron luego de las elecciones de 2000, cuando George Bush le ganó la presidencia a Al Gore, pese a que el demócrata triunfó en la elección popular por 300 mil votos.

La mayor de las críticas se refiere al carácter indirecto de los comicios. La regla democrática "una persona, un voto" no se cumple; el peso individual del sufragio se pierde en razón de la cantidad de votos electorales de cada estado. Un voto que decida un empate en California, con 55 votos electorales, no tendrá el mismo peso en Wyoming, que sólo cuenta con tres votos electorales. Por esa razón, muchas son las propuestas para llevar a cabo la reforma del sistema y, en esencia, la mayoría conlleva la eliminación de los colegios electorales y la implantación de la elección directa.


Al respecto, John Sides, politólogo de la Universidad George Washington, se pregunta por qué los estados deben ser una consideración relevante cuando se piensa en la calidad de la democracia e importar más que el voto por persona. A su vez, Tom Wicker, periodista político, en el prólogo de The People’s President, dice que "podemos ser 50 estados en el Congreso, pero somos un solo pueblo en la Casa Blanca, o deberíamos serlo, y nos debe corresponder a nosotros elegir al Presidente".

Participación. Algunas consideraciones relacionadas con el concurso de los ciudadanos son también base para la crítica. En principio, votar no es obligatorio y la naturaleza misma del sistema genera apatía en el electorado. Por otra parte, la participación en el acto electoral presenta algunos impedimentos.

Cada estado organiza las elecciones según su criterio. Por ello, en algunos, además de tener 18 años, se deben cumplir requisitos adicionales para ejercer el voto. En otras entidades, los ciudadanos pueden inscribirse para sufragar el mismo día de las elecciones. Esto facilita la asistencia de quienes se deciden a última hora, pero también es un factor que contribuye al fraude, ya que el registro en esa fecha evita la verificación de los datos del votante.

Adicionalmente, la falta de comprobación de la información suministrada por el elector permite que una persona que haya emitido su voto por correo también sufrague el día de la elección, en persona, en cualquier otra entidad. Otros casos frecuentes son los de marginación de las minorías en el ejercicio del voto.

Los afroamericanos en Florida acudieron a votar en 2000 en una cantidad 75% mayor que en 1996. Sin embargo, 20% de sus votos no fueron computados alegando defectos en las boletas. En Estados Unidos, no existe un registro único de electores. No se conoce la totalidad del padrón electoral, no hay control sobre los cambios de domicilio ni sobre los falsos votantes.

Candidatos. Los partidos Demócrata y Republicano no son los únicos que presentan candidaturas; otras 10 organizaciones políticas intervienen en la elección y, en esta oportunidad, tampoco es Obama el único aspirante de color a la Presidencia.

Pero hacer campaña en los medios requiere de grandes cantidades de dinero, que sólo son capaces de movilizar estos partidos, financiados por grandes grupos económicos, con lo cual monopolizan la contienda. No obstante, entre vicios y críticas, la autodenominada "mayor democracia del mundo" elegirá el martes a su 44° Presidente.




Rebelion.org


César Hildebrandt sobre Javier Villa Stein

Reproducimos el articulo de César Hildebrandt que apareciera en el diario La Primera, y en su Blogg.


Fujimori está de fiesta

Javier Villa Stein ha llegado a la presidencia de la Suprema. Es, por lo tanto, el flamante jefazo del Poder Judicial. Alberto Fujimori debe de estar más que feliz. Su malevaje congresal brinca de alegría. Montesinos debe de estar guiñándole el ojo a algún secuaz.
Leyendo el blog “Útero de Marita”, recuerdo:
Villa Stein ha opinado que los vladivideos no debieron de ser considerados como pruebas porque fueron obtenidos sin la autorización de un juez.
Villa Stein ha señalado que los hermanos Wolfenson fueron víctimas de una politización de su caso cuando el tribunal anticorrupción respectivo los condenó a la cárcel por haber sido las jetas y el drenaje del SIN fujimontesinista.
Villa Stein también defendió a sujeto tan pringado como Eduardo Calmell del Solar, (a) “Chapulín”, director de “Expreso” cuando ese diario competía con los mayores vertederos de Lima.
Villa Stein ha asesorado a José Villanueva Ruesta, uno de los generales ladrones del fujimorismo.
Villa Stein ha asesorado a Blanca Nélida Colán, la “mami” del ministerio público, cuando ministerio público se escribía con minúsculas por públicas razones.
Villa Stein ha asesorado a Alberto Kouri, el baboso de los quince mil dólares y el camioncito refrigerado con el que iba a repartir pejerreyes y lornas.
Villa Stein es, aunque no venga al caso, orgulloso papá del abogado Ernesto Villa Morán, que trabajó hasta hace poco para el estudio Nakazaki y que actualmente es asesor del congresista fujimorista Rolando Sousa.
Villa Stein es gran amigo de Robinson González, el supremo rabiosamente fujimorista que espera hacerse con el “caso Fujimori” apenas llegue a esa instancia (y por encargo, por supuesto, de Villa Stein).
A esta ayuda-memoria se suma lo que Villa Stein ha declarado ayer en “Caretas”:
-Que los vladivideos siguen siendo pruebas prohibidas.
-Que el dinero encontrado en las cuentas de Montesinos “no prueba necesariamente” que se haya cometido un delito (con lo que Villa Stein pasa de jurisperito fujimorista a potencial secuaz de la banda que secuestró al Perú durante una década).
-Villa Stein sigue insistiendo en que Calmell del Solar fue víctima de “una cacería de brujas”. Lo probaría el hecho de que la justicia de Chile se negó a extraditarlo.
-Sigue diciendo que “hubo mucha beligerancia y mucho encono” en el caso de los hermanos Wolfenson, olvidando las simas de miseria moral que las publicaciones de los hermanos Wolfenson alcanzaron.
Y ahora, siempre según la entrevista concedida a “Caretas”, Villa Stein ha incorporado a su agenda dos ambiciones que coinciden también con las del Apra que gobierna y las del alanismo sin escrúpulos:
-revisar la estructura legal que permite al Consejo Nacional de la Magistratura nombrar y ratificar a los jueces;
-y tumbarse el Tribunal Constitucional, convirtiéndolo en una sala de la Corte Suprema.
De modo que estamos advertidos.
La alianza apro-fujimorista, que ya controlaba la Corte Superior de Lima, acaba de tomar el mando supremo del Poder Judicial.
Y todo esto sucede mientras la atención pública disfruta del espectáculo menor de un sinvergüenza que se ríe de unos congresistas venidos a menos.El Apra tiene vocación de arrasadora neoplasia.
No necesitamos a la oposición.
Necesitamos a un ejército de oncólogos.
Sólo el INEN salvará al Perú.