Promesas que se quedarán en palabras. Para el catedrático de la Universidad Católica, José Oscátegui, la proyección presidencial que para el 2021 el Perú forme parte de las economías más desarrolladas, sonó más bien como que el presidente de la República, Alan García, le dijera a los millones de peruanos: ahora las cosas están mal, pero yo les prometo la tierra prometida para el bicentenario de la Independencia, el 2021. Sin embargo, para el analista, el presidente se olvidó que en dos años culmina su periodo y es poco lo que puede aportar para llegar a ese objetivo.
En ese sentido, indicó que el presidente no puede asegurar que en poco más de 10 años el Perú logre ingresar a formar parte de los países del primer mundo, así como –también proyectó el mandatario- que entre el 2010 y 2011 el crecimiento del país sea mayor de 6% del Producto Bruto Interno (PBI).
Por ello, recalcó que nuevamente el optimismo presidencial salió a relucir en el discurso por Fiestas Patrias, pues minimizó el impacto de la crisis económica en el país.
“La crisis internacional seguirá fuerte. Se prevé que los países desarrollados empezarían a recuperarse recién el próximo año, pero la recuperación será lentamente.”,dijo.
“Entonces, como la economía peruana depende de la recuperación de otros países desarrollados como Estados Unidos, la proyección presidencial de crecimiento es prácticamente imposible”, subrayó.
Ineficiencia estatal Referente a la intención gubernamental entregarles más recursos a las comunidades para que estas ejecuten obras en la zona, indicó que la medida demuestra la ineficiencia estatal y la incapacidad operativa del gobierno para ejecutar el presupuesto de manera eficiente y oportuna. Recalcó que transferir más recursos a las comunidades –e incluso a jóvenes entre 16 y 24 años- no garantiza un mayor avance en la ejecución de los recursos, pues estas personas carecen de conocimientos técnicos.
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