Por: Óscar Ugarteche Economista*
La noticia más relevante de las últimas semanas fue la aparición del Informe Mundial sobre Salarios 2010/11: políticas salariales en tiempos de crisis, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La importancia estriba en que permite ver que en Europa no funciona eso que hace que el modelo económico exportador les funcione a algunos. Recapitulando, el modelo consiste en reducir la masa salarial en el producto bruto interno y aumentar el crédito de consumo, pasándole así al sector financiero el bienestar de la población que, con menores salarios, consume más. El cuadro estadístico de la pagina 23 del informe muestra a las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es posible que no muestre a todo el mundo porque en general se ha dejado de publicar estadística con la distribución funcional del ingreso como parte de las reformas de mercado. Lo que queda claro es que México –la única economía latinoamericana incorporada a los datos de la OCDE– observa previsiblemente una contracción de la participación salarial de 38% del PBI a 29% entre la década de 1980 y el final de la primera década del siglo XXI.
En Europa, el único que sigue ese patrón es Irlanda, que observa un descenso de 59% a 49%. Irlanda es la plataforma exportadora europea, como México es la estadounidense, y por tanto, es coherente que se achique la masa salarial. La interrogante es: ¿si exportas más y no mejoras las condiciones de vida la población, para qué exportas? El resto de Europa y EE.UU. tienen masas salariales que están en el rango de 60% del PBI para arriba.
Sin ninguna duda, el objeto de los ajustes económicos europeos está relacionado con reducir la masa salarial en el PBI y aumentar la masa de sus ganancias financieras. La eliminación del estado de bienestar debería consolidar el peso de lo financiero dentro de la economía y reducir la masa salarial. Cuando Obama afirma que quiere que EE.UU. se transforme en exportador, quiere decir que desea que la masa salarial se reduzca y crezca la porción financiera. Es decir que hay mucho más ajuste por delante, entendido como mayor compresión salarial, no solo en Europa sino en EE.UU., si los auges en las bolsas y en los precios de los commodities han de continuar. Esta es la razón por la que, cuando se anuncia un ajuste económico en un país europeo, las bolsas brincan de alegría. Si la lucha de clases de Marx era la pugna entre la ganancia de los empresarios y los salarios, la lucha de clases posmoderna es entre el sector financiero y los asalariados. Así se entiende que las ganancias financieras no estén gravadas. Feliz Navidad.
(*) Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM
Tomado de EL Comercio del 24 de Diciembre de 2010
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