Semanas emblemáticas de recuerdos, de rabias, rencores, odios, justos y legítimos, tan justos y legítimos como la sonrisa y la esperanza que trean estas fechas. Por la memoria desfilan nombres de personalidades de la historia de Chile y del mundo. Digamos que este mes se recordó el 40 aniversario de la muerte del venerado líder vietnamita Ho Chi Min, guerrero de las mejores causas, patriota revolucionario e internacionalista. Un formidable anti colonialista y antiimperialista que iluminó con su ejemplo el camino de las fuerzas avanzadas del mundo.
En nuestro país hemos recordado con especial fuerza este mes los nombres de Victor Jara y de Pablo Neruda que partieron en septiembre, uno destrozado a golpes y a balazos, otro destrozado por la pena y el dolor.
En septiembre los hombres de Pinochet asesinaron a Jecar Neghme, notable dirigente del MIR, gran amigo. Las manifestaciones en su homenaje fueron brutalmente reprimidas por Carabineros. Fue también en septiembre que los mismos asesinos de la policía secreta de la dictadura acribillaron al periodista Pepe Carrasco, mi vecino en Ciudad de México con el que imaginamos futuro en estrelladas noches chilangas. En septiembre es el aniversario de las queridas Juventudes Comunistas.
En el 70, Septiembre fue la vida y la victoria. Miles y miles en las calles, recuperando Chile, construyendo un país diferente entre canciones y poesía. En el 73, Septiembre fue muerte y dolor. Volvió el poder a la canalla dorada. A 39 años de la gran victoria del pueblo chileno, la única verdadera en su historia, la de Allende, la de la Unidad Popular y a 36 años de la traición de los generales, ¿en qué punto estamos?
Veamos, mes del ejército. Una mirada a los “valientes soldados”muestra decenas de procesados, cuando no condenados, por crímenes de lesa humanidad, otros por latrocinios, caso banco Riggs, otros por coimas multimillonarias, caso Leopard. Además cobardes y mentirosos de general a paje. Defienden lo indefendible. El alto mando protege a los miembros de la DINA, alegando “presunción de inocencia” con el respaldo de un penoso y destemplado ministro de defensa. Es importante “mantener la paz” dice Vidal. ¿Es que no tapar las culpas del ejército equivale a guerra, a golpe, de qué se trata en realidad?
Funcionario regalón de la dictadura, el hoy diputado Cardemil, dice que la salida de los DINA contratados a honorarios es una “pérdida para Chile”, en tanto que el diputado DC Renán Fuentealba condena las contrataciones que “nunca debió realizar el ejército”.
Estamos en que hay 129 procesados este mes por los casos Calle Conferencia, Operación Cóndor y Operación Colombo. Estamos en que se ha dictado acusación judicial contra los asesinos de Carmelo Soria y estamos que la Corte Suprema ha aplicado penas bajísimas, pero penas al fin, en contra de los asesinos de Lumi Videla. Estamos pues en que los crímenes de la dictadura militar y la lucha por verdad y justicia no son cosas del pasado sino del presente y que de no resolverse mediante condenas justas y reparaciones adecuadas, tornarán brumoso el futuro. Es el ayer y el hoy de septiembre.
Pero también estamos frente a definiciones trascendentes para la sociedad chilena. Una candidatura presidencial ultrareaccionaria y fascistoide y dos candidaturas del continuismo. Y una candidatura de la Izquierda, Jorge Arrate. A 3 meses de las elecciones hagamos de septiembre y del tiempo que falta, el espacio para conquistar conciencias y entusiasmos, a fortalecer la opción popular, que sus propuestas se escuchen fuerte. A recuperar la unidad del movimiento popular. Septiembre con Allende. Septiembre con Arrate.
Eduardo Contreras
El Siglo
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