martes, 21 de julio de 2009

César Hildebrandt: Cómo toca esta orquesta

La orquesta del Tropicana de la era Batista está tocando a todo dar. Ha vuelto el danzón y ha vuelto la guaracha. Celia Cruz no se ha ido todavía a Miami y Benny Moré canta en el cabaret del hotel Riviera.

Y la orquesta toca. Toca en Honduras, con un payaso apellidado Micheletti. Toca en Washington, donde el gobierno de Obama -esa enorme decepción- acaba de señalar que el de Caracas es un régimen viciado por el narcotráfico (con lo que se pretende repetir la historia de Manuel Antonio Noriega, ese sirviente de la CIA que luego quiso ser autónomo y terminó con su Panamá ametrallada y con sus huesos en una cárcel de los Estados Unidos).


Toca bien la orquesta. No desafina. Toca en Irán, donde los triunfos electorales no se computan como válidos si el que gana se llama Ahmadineyad y sigue siendo un dolor de cabeza para los Estados Unidos y su portaaviones anclado en Medio Oriente, quiero decir Israel.


Y sigue tocando. Toca en Lima, donde el señor García, tercero en el escalafón de coristas de la Casa Blanca, acusa a Bolivia y Venezuela de armarle los líos que le arman, en realidad, sus propios desatinos.


Toca sus vientos y sus cueros en la media luna boliviana, en los territorios de la minoría uigur en China, en los círculos polacos que demandan la instalación de misiles atómicos dirigidos a la Federación Rusa.


Y toca ahora en Ecuador, donde, justo en el momento en que los estadounidenses tienen que largarse de su base militar en Manta, aparece un video en el que el Mono Jojoy, alto mando de las FARC, hablaría de la ayuda financiera brindada a la campaña electoral del presidente Correa.
He visto el video que fue entregado a la Associated Press. Lo he visto en RCN, la televisora colombiana, y es evidentísimo que está editado, sacado de contexto, manipulado hasta el descaro.
No sé si esa tarea la ha cumplido la Associated Press o la RCN, o el DAS, o el entorno colombo-estadounidense del señor Uribe. Y la verdad es que eso importa poco. Lo importante es que la tal “primicia” le cae como anillo al dedo al ajuste de tuercas que el señor Obama ha ordenado hacerle al mundo.


En Afganistán, por ejemplo, el señor Obama ha duplicado las fuerzas militares de los Estados Unidos, que ahora son más de 60,000 efectivos. Y las matanzas de civiles continúan en un escenario virtualmente sellado para la prensa. Y la respuesta a esa barbarie imperialista es la barbarie terrorista estallada en Indonesia. Porque, como sabemos, las guerras frías pueden poner al mundo incandescente.


Porque lo que pasa es que vivimos la segunda Guerra Fría de la historia. Con mejores relaciones públicas, con menos chusquedad, con más inteligencia, pero con casi las mismas armas y los mismos objetivos que los que tuvieron los Reagan y los Bush. El señor Obama ha revuelto todo para que nada cambie.


En el video que hoy pretende remecer al Ecuador -un sector de la oposición ya está demandando la renuncia de Correa- se ve al Mono Jojoy decir (o leer), ante una laptop, unas líneas que hablan de una contribución electoral para Correa. Pero hay tal corte de edición y tal malicia en la extracción quirúrgica que se ha hecho de ese momento, que no se sabe si Jojoy se está quejando de una calumnia o lamentándose de una supuesta infiltración.


Lo que no se puede admitir, por respeto a la inteligencia del público, es que Jojoy, que está en las FARC desde 1975 y que es uno de los más duros de su ala militar, haya grabado un spot anunciándole al mundo que Correa le debe mucho. ¿O será que el Mono Jojoy trabajaba para la CIA?


La orquesta no para de tocar. La fiesta es, como la de Peter Sellers, inolvidable. E interminable también.


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