EL PARO VA Y ES CÍVICO – POPULAR
Por Oscar Felipe Ventura
Bajo el lema ¡Basta de hambre, represión, entreguismo y corrupción! y ¡Por un Perú soberano con justicia social!, La Coordinadora Política Social - de la que forma parte la CGTP y otras centrales - ha convocado al Paro Nacional para el miércoles 9 de julio. Hay razones suficientes para esta medida de lucha. Por más que el gobierno la declare ilegal, la protesta goza de legitimidad. Y es que cansados de promesas incumplidas y agobiados por sus necesidades, miles de hombres y mujeres se lanzan a las calles. Cinco son los ejes centrales de la plataforma de lucha:
1) Rechazo al alza del costo de vida y de los combustibles;
2) En defensa de la soberanía nacional, los recursos naturales, el medio ambiente, la integridad territorial y el patrimonio cultural;
3) Contra la política represiva del régimen, la corrupción e impunidad;
4) Solución a las demandas laborales y sociales;
5) solución a las demandas regionales, locales, campesinas, indígenas y agrarias.
Cada uno de estos ejes contienen reivindicaciones específicas; por ejemplo el primer eje abarca los siguientes puntos:
a) Abajo el costo de vida. Aumento del Salario Mínimo Vital y aumento general de sueldos, salarios y pensiones;
b) Mayor presupuesto para salud, educación y programas alimentarios del vaso de leche y comedores populares;
c) Políticas de promoción integral para mypes, trabajadores autoempleados y comercio popular; d) Eliminación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) sobre los combustibles;
e) No a la exportación del gas natural. Uso masivo del gas natural peruano en el transporte, la industria y los hogares.
Además, cada región tiene reivindicaciones propias.
El Paro Nacional es de carácter cívico y popular, porque va más allá del aspecto estrictamente gremial. Comprende a todos los sectores sociales que sufren las consecuencias del modelo económico neoliberal: trabajadores del campo y la ciudad, comités vecinales, amas de casa, estudiantes, organizaciones juveniles, comerciantes, organizaciones de mujeres, transportistas, trabajadores de mercados, pequeños y medianos empresarios, organizaciones agrarias, colegios profesionales, rondas campesinas y urbanas y por supuesto los partidos políticos del campo popular. Debe significar la expresión de protesta de la civilidad a través de su participación en las movilizaciones respectivas. Todo esto bajo el criterio de la unidad más amplia en torno a la plataforma de lucha. Corresponde a los Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo asumir su rol centralizador.
El pueblo se alza a la lucha y bien que lo haga. Es una lucha justa aunque traten de desacreditarla para legitimar represiones. Ya suman varios los muertos y las medidas autoritarias, en nombre del orden y autoridad, empiezan a mostrar las garras. La democracia no es solo votos; es también el reconocimiento del pueblo a defender sus derechos, su dignidad, su voluntad de cambiar las cosas en un país donde los privilegios son para pocos y las instituciones del Estado se caen a pedazos manchados por la corrupción y la ineficacia. Las maniobras divisionistas del gobierno no tendrán éxito. El pueblo responderá en las calles.
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